sábado, 7 de febrero de 2009

¡Cuidado, hijo!

A veces, las madres nos aconsejan que nos pongamos la bufanda, y nosotros pasamos... para helarnos después en plena calle.
Esas son las veces en que las madres tienen razón. Pero, muchas otras veces, hacen advertencias que se vuelven estúpidas de obvias que son. Lo siento, madres del mundo, pero es verdad... a veces avisáis de unas cosas que son tan ridículas como si nos dijerais que “no te caigas” cuando estamos perdiendo el equilibrio. No, dejad de mirarme con esa mueca de madre enfadada. Es cierto.
Por eso, cuando ayer vi el cargador de la máquina de afeitar de mi hermano, no pude evitar pensar en ellas. Porque, en el cable, había una etiqueta, con un solo gráfico, una sola advertencia lo bastante importante para no estar solamente en el librito de instrucciones. El pictograma muestra el cable del enchufe, unas tijeras a punto de cerrarse sobre él y una señal de prohibición.
¡“No cortar el cable”!
¿Quién ha dejado que su madre se encargue de las advertencias de seguridad de esta máquina de afeitar?

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